Fundación Atenea ha cumplido 25 años. Por ello dedica su último ATHENAI a dicha conmemoración y a los eventos celebrados para celebrarlo. Aquí podéis leer el editorial de este número especial y en el enlace descargar todo el número. Todas las fotografías que acompañan los textos han sido cedidas para esta publicación por el fotógrafo Tato Olivas.
Fundación Atenea: Retos de Futuro
Domingo Comas Arnau, Presidente Fundación Atenea
Paz Casillas Martínez, Directora gerente Fundación Atenea
Escribir sobre los retos de la Fundación Atenea en los próximos tiempos es hacerlo primero sobre los retos internos en los que debe trabajar el sector, identidad, comunicación y financiación, que nos capacitarán para abordar nuestros verdaderos desafíos, la lucha contra la pobreza, la exclusión y las desigualdades. Después es hacerlo de nuestra manera de diferenciarnos de otras organizaciones.
La Fundación Atenea, como el resto de entidades del sector, sólo podrá ser eficaz en la incidencia política y en la lucha contra las causas que generan vulnerabilidad y exclusión, si suma sus fuerzas a las del resto de organizaciones.
Tratar del Tercer Sector requiere siempre de un difícil ejercicio de definición. La diversidad de tipologías de organizaciones, actividades y objetivos es muy amplia y, en ocasiones, dificulta la articulación de mensajes, políticas y actuaciones. Aunque también es cierto que esa diversidad representa al mismo tiempo uno de los activos del sector y una de sus fortalezas. Construir las señas de identidad que posibiliten, respetando la diversidad existente, actuar y ser percibidos como un colectivo con un discurso propio, con una base de principios y una estrategia compartida constituye uno de los principales retos actuales del sector.
El Sector necesita de la legitimidad que tienen ya otros agentes sociales, se trata de un mínimo de medidas específicas que las administraciones públicas han impulsado para otros actores cuyo eje central no es el beneficio de la comunidad. Esto sin duda, beneficiaría el desarrollo del estado de bienestar.
En primer lugar, crear un entorno legal y político acorde con las características y necesidades de un sector que tiene identidad propia. Unas condiciones que permitan a las organizaciones del sector, por ejemplo, competir en igualdad de condiciones en los contratos públicos. El valor añadido de muchas entidades sociales (flexibilidad, calidad y capital humano profesional y voluntario) no siempre se impone a la competencia del precio y a la garantía financiera de una empresa privada, sobre todo si esta tiene un sólido soporte financiero. En materia de contratación supone además desventaja el tratamiento del IVA soportado no deducible, que supone un mayor gasto para las organizaciones del sector y por tanto la imposibilidad de hacer ofertas competitivas.
En segundo lugar, crear un modelo de financiación propio para el sector, que garantice la sostenibilidad de las entidades. Si las necesidades sociales que satisface el sector son permanentes, los recursos financieros a los que accede también deben de serlos.
La dependencia de la financiación pública es muy grande y la actual Ley de subvenciones lejos de garantizar el acceso de las entidades a los fondos, la dificulta. La gestión de las subvenciones está basada en una interpretación rígida de la norma que perjudica a las organizaciones y las somete a un excesivo control del gasto, con procesos de justificación no basados en resultados sino en procedimientos que no aportan valor a las entidades.
El grueso de la financiación vía subvenciones está destinada a proyectos, es finalista por tanto y las entidades tienen graves dificultades a la hora de financiar sus estructuras organizativas.
Garantizar el acceso al crédito es otra reivindicación del sector. El sector bancario nunca ha apostado por financiar las actividades y proyectos del sector ni sus inversiones y la banca pública ha excluido a las entidades sin ánimo de lucro en sus líneas de financiación –circulante e inversiones- generándose así importantes tensiones de tesorería. Tal vez sea el momento de apostar por industrias que potencien el estado del bienestar y generen un valor social.
Por otra parte la ley de régimen fiscal especial de las entidades sin ánimo de lucro y los incentivos fiscales al mecenazgo –Ley 49/2002, de 23 de diciembre- se plantea insuficiente para canalizar la solidaridad de personas físicas y jurídicas.
En tercer lugar, continuar con el reto de la profesionalización del sector y el aumento de la eficiencia de las entidades. La atomización que caracteriza al tercer sector y también el excesivo foco en lo local hacen que no se actualicen conocimientos y no se compartan experiencias. En este sentido, la celebración de foros, conferencias y formación continua –importantes en cualquier industria- son esenciales en este sector, que todavía se resiente de invisibilidad.
En cuarto lugar, articular una comunicación del sector que explique a la sociedad la realidad y el impacto de las actividades e intervenciones de nuestras organizaciones y su papel en el conjunto de la sociedad es, sin duda, la mejor aportación a la salud y crecimiento del sector. Esta estrategia de comunicación sectorial es muy necesaria como afirmación del sector frente a discursos externos que lo cuestionan por la vía de la ética o de la eficacia, muchas veces con intencionalidades no explícitas. Las organizaciones de la sociedad civil, sin ánimo de lucro y comprometidas por un mundo más justo, solidario y equitativo, deben utilizar la comunicación como instrumento de cambio social, como herramienta para facilitar la participación y el apoyo de los ciudadanos a las distintas causas por las que se trabajan y, también, como palanca para influir en la administración, los poderes públicos y la empresa.
La colaboración y el diálogo con el sector público, con el mundo empresarial y con los medios de comunicación son necesarios y nos obligan a construir una comunicación alternativa desde nuestra propia mirada crítica y transformadora.
Para los que entendemos también el sector como un canal de participación y expresión de la sociedad civil, de los ciudadanos y ciudadanas, las señas de identidad deben tener un referente y una base social que constituya la base de la legitimidad y el soporte para su actividad. Según un estudio reciente sobre el perfil del donante, tres millones y medio de personas colaboran con organizaciones de carácter no lucrativas, una muy importante base social que, sin embargo, es sensiblemente inferior a la de otros países de nuestro entorno (un 12% en el caso de España, frente a un rango de 40%-50% en países cercanos). La explicación de este dato puede encontrarse, además de en la mayor juventud del sector en nuestro país, en la inexistencia de un discurso y una identidad pública fuerte, coherente, que comunique a la sociedad el “hacer” de las organizaciones.
La Fundación Atenea prepara ya su estrategia para los próximos años, una estrategia basada en su papel como organización del Tercer Sector, pero también definida por su propia personalidad, por su historia de 25 años y por su competencia crítica actual.
Se han construido ya las ideas fuerzas de la futura estrategia atendiendo a cuatro grandes rutas interrelacionadas:
- La dirigida a satisfacer las necesidades y expectativas de sus personas y colectivos destinatarios
- La dirigida al posicionamiento público de la organización y cómo va a ser conocida
- La dirigida a la sostenibilidad económica y la disposición de los recursos necesarios
- La dirigida al equipo interno, al cuidado de todas las personas que forman parte de la organización y de su funcionamiento
La dirigida a satisfacer las necesidades y expectativas de sus personas y colectivos destinatarios se inspirará en estas claves:
- Efectuar la intervención social desde la autonomía de la persona
- Impulsar el desarrollo de metodologías innovadoras
- Realizar presión política para reivindicar y garantizar derechos para nuestros colectivos y que sean ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho
- Aprovechar las sinergias de conocimiento y recursos entre los proyectos para el beneficio de nuestros colectivos destinatarios
- Lograr la satisfacción de las personas para las que trabajamos
- Realizar un trabajo de calidad, profesional, en equipo, potenciando la formación de equipos interdisciplinares, desarrollando proyectos viables técnica y económicamente.
- Evaluar nuestros proyectos y realizar mejoras.
- Lograr mayor impacto con lo que hacemos.
La dirigida al posicionamiento público de la entidad y cómo va a ser reconocida que intentará conseguir:
- Influir en el diseño de las políticas públicas
- Generar y prestigiar la “imagen de marca” en todos los territorios
- Generar debate social
- Influir y sensibilizar a la sociedad
- Transmitir equilibrio y compromiso en la generación de discurso
- Consolidar la cultura de comunicación en la entidad
- Ser reconocidos por nuestras metodologías
- No ser conocidos sólo por nuestra histórica intervención en drogodependencias, aunque este histórico nos dé prestigio
La dirigida a la sostenibilidad económica y a la disposición de los recursos necesarios que pretenderá:
- Diversificar e innovar las fuentes de financiación: privadas y públicas, con la generación de alianzas con empresas u otras entidades, detectando oportunidades en nuevos territorios y en otras líneas de intervención
- Desarrollar la competencia de las personas que trabajamos en la fundación, potenciando nuestra versatilidad con la finalidad de ser más eficientes
- Generar alianzas creativas a largo plazo con empresas y otras organizaciones públicas y privadas
- Detectar nuevas oportunidades, diversificar programas y financiadores, desarrollar territorios
- Aumentar nuestra capacidad de propuesta para favorecer el desarrollo de nuevos programas
La dirigida al equipo interno, al cuidado de las personas que forman parte de la organización y a su funcionamiento.
- Mejorar la capacitación de los equipos y la formación de los mismos
- Potenciar el perfil profesional de las personas que trabajamos en la entidad para adaptarnos a los nuevos retos y proyectos
- Impulsar que el desarrollo de las personas que trabajamos sea una seña de identidad de la organización
- Potenciar dinámicas participativas en la organización y el trabajo en equipo
- Lograr que las personas que trabajamos en la entidad identifiquemos los puntos que nos unen
- Potenciar la evaluación de nuestro desempeño para lograr su mejora
- Garantizar la estimulación intelectual para el logro de un desarrollo profesional satisfactorio
Reconocida la estrategia como elemento esencial de orientación, se proporciona a la estructura organizativa el valor merecido como elemento instrumental, de tal manera que variaremos la estructura según la nueva estrategia.
Todo ello, contando con un valioso capital humano que plantee sus intereses en función del interés común de la organización.
Estamos absolutamente preparados y preparadas para otros 25 años más de protagonismo en el desarrollo de las políticas sociales, papel que ahora reforzamos por el cumplimiento de nuestra misión, por la cercanía a las necesidades de las personas, por nuestra flexibilidad y por el compromiso con la calidad de nuestras actuaciones.