Una de las conclusiones principales del estudio “Diferencias en la percepción de consumo recreativo de drogas entre chicos y chicas jóvenes. Un análisis desde la perspectiva de género” elaborado por la Fundación Atenea con financiación del Plan Nacional Sobre Drogas, insiste en la necesidad de reconocer la influencia de la sociedad de consumo en el empleo de sustancias adictivas no sólo en la población joven, sino también en la población adulta, acortando la distancia y asimilando los discursos que pueden ir dirigidos a todas las franjas de edad en cuanto al consumo abusivo de ciertas drogas, sobre todo las llamadas “drogas sociales” (alcohol, tabaco).
Por otro lado, ciñéndonos a los y las jóvenes, esta misma sociedad de consumo iguala a chicas y chicos en los modelos de consumo de sustancias, en concreto de alcohol y tabaco, ya que impone unas normas, unos patrones sociales que han de cumplirse. Las reuniones sociales, los negocios, la diversión, la realización personal, el éxito…se asocian al consumismo en general: teléfonos de última generación, ropa de marca, bebidas de moda, guían la carrera ya no por ser sino, al menos, por parecer.