Cantan y hacen activismo feminista. No entienden el arte sin compromiso. Ese es, entre otros, unos de los motivos por el que participarán en la Jornada sobre Género e Inclusión social que Atenea organiza el próximo 28 de octubre.
¿Por qué tres músicas os implicáis en una Jornada sobre Mujeres e Inclusión social?
Pensamos que la música no es sólo un producto de consumo más, es también una herramienta o un canal a través del cual se pueden transmitir mensajes que tengan un efecto transformador en la gente que los escucha. A través de la música se pueden promover valores como la inclusión social o la igualdad entre mujeres y hombres.
Os definís como activistas feministas. ¿Por qué?
Somos mujeres feministas, más allá de nuestra profesión o actividades en las que participamos. A través de los feminismos hemos aprendido y generado una mirada y una manera de estar en el mundo que atraviesa todas nuestras esferas y nuestra vida cotidiana.
Hacemos canciones que expresan nuestros sentires y, como ocurre con cualquier estilo musical, hay gente que conecta con nuestra música y otra que no, nada más.
Música contra el patriarcado ¿qué significa hoy ese patriarcado y por qué molesta tanto que hablemos de él?
El patriarcado es el sistema que permite que siga habiendo desigualdades entre las mujeres y los hombres. Molesta porque supone un gran cambio de toda la estructura social, política y económica a nivel mundial, un cambio del propio concepto de la humanidad, de la propia definición de ser mujeres y ser hombres. Tenemos muchas cuestiones que desaprender para lograr interiorizar mucho más amor y respeto hacia nuestra persona y hacia aquellas con las que nos relacionamos.
Os tachan de “buenismo”, cuando habláis de respeto, autodeterminación, cuidados y mujeres valientes.
Pensamos que son “palabras mayores” a las que hay que devolverles su sentido y no nos cansamos de nombrarlas y revalorizarlas.
¿Es el entorno en el que os movéis (el mundo del arte) es machista?
El mundo es machista. El machismo atraviesa todas las profesiones y relaciones humanas, también la música, al igual que el resto de las artes. A través del arte se transmiten infinidad de mensajes que promueven y perpetúan el machismo.
La música ha sido una profesión principalmente de hombres donde las mujeres han ocupado un papel determinado (intérpretes, coristas, bailarinas, etc.) aunque cada vez más mujeres ocupan otros espacios (compositoras, arreglistas, técnicas de sonido, productoras, instrumentistas, etc.).
Dos de vosotras sois educadoras sociales. Curiosa mezcla.
Inma Claudio es maestra de educación especial y ha trabajado como educadora en el ámbito social durante muchos años.
Ana Cuenca Ramón es educadora social especializada en género y sexualidad. Trabaja, desde hace muchos años, desarrollando formaciones, ponencias y talleres en materia de igualdad entre mujeres y hombres, prevención de violencia machista y educación sexual.
Desde que trabajamos juntas en la música, hace ya tres años, estamos fusionando y sumando todas nuestras pasiones, mezclando música con educación social, porque, como decíamos anteriormente, la música es una herramienta de transformación social maravillosa. Y así realizamos talleres de sensibilización en igualdad utilizando la música como herramienta a través de la cual analizar y tomar conciencia de las desigualdades entre mujeres y hombres que hay en el mundo.