Paz Casillas, directora gerente de Fundación Atenea
“Conseguir una sociedad más inclusiva es una cuestión ética y política”
La Fundación Atenea cumple 30 años. Para conmemorarlo, celebrará el próximo 28 de octubre una Jornada sobre Género e Inclusión social, los dos grandes temas que ocupan a la entidad. Paz Casillas, directora gerente, adelanta para este primer newsletter de la Fundación, los contenidos que abordarán y la evolución de Atenea en estas tres décadas.
¿Qué se pretende con la jornada?
La intención es clara: visibilizar que la pobreza femenina existe, está y no se ve: vivimos al margen de los problemas sociales reales. Y está invisibilizada por la mirada androcéntrica por la que se rige la sociedad. Porque hay pobreza en ambos sexos, pero se dan una serie de factores de riesgo que hacen a las mujeres más vulnerables. Hablo de maltrato, violaciones, prostitución, drogas… Si nos fijamos, no vemos el fenómeno de “sinhogarismo” entre las mujeres y no es porque no lo estén pasando mal y no vivan la exclusión residencial.
Lo que ocurre es que estas mujeres no suelen estar en las redes habituales de “sinhogarismo” sino en otras redes en las que el fenómeno de exclusión residencial no se percibe. Son mujeres que acaban siendo víctimas de la violencia de género, malviven en micropisos, se prostituyen los fines de semana, no desayunan para dar esos alimentos a sus hijos, viven con sus proxenetas… Visto así, el problema no existe: no hay estudios, no hay investigación, ni formas ni metodología de salir de ese fenómeno. Por eso ahora la Fundación Atenea incide en esos dos aspectos: inclusión social y perspectiva de género. Para avanzar hace falta trabajo de investigación, de incidencia e incorporar una perspectiva de género ante esa mirada patriarcal de la que venimos.
Si hubiese una idea que quisieses conseguir tras esa jornada, ¿cuál sería?
Que es una cuestión ética y política hacer un esfuerzo por generar nuevos discursos y avanzar para transformar la sociedad y tener una mirada más inclusiva.
¿Qué voces estarán con Atenea ese 28 de octubre?
Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, estará con nosotras –si su agenda se lo permite y no tienen que contraprogramar-. Ella dará paso a excelentes ponentes y charlas desde las que analizaremos el problema desde la economía, la salud, el alojamiento, la formación…. Están confirmadas Beatriz Gimeno, diputada en la Asamblea de Madrid, escritora feminista y activista; Soledad Muruaga, presidenta de Mujeres para la Salud y experta en salud mental y violencia de género y Alicia Miyares Fernández, doctora en Filosofía y escritora feminista, experta en igualdad y política, educación y derechos de ciudadanía. Aparte, esperamos contar con Mary Nash, catedrática de Historia contemporánea en la Universidad de Barcelona y Amaya Pérez Orozco, doctora en Economía por la Universidad Complutense de Madrid y Ajo Micropoetisa, entre otras muchas mujeres.
Pero la pobreza es genérica. Se diría que no tiene sexos. ¿Qué estudios hay sobre la feminización de la misma?
En la Fundación partimos de los estudios de la Red de Lucha Contra la Pobreza (RLCP), los informes de Cáritas y el trabajo de campo que hacemos: no hay datos reales sobre el tema. Por concretar, de los grupos de mujeres que trabajamos en los barrios de toda España, nos encontramos con un sinfín de demandas, más allá de la estrechez económica en la que viven. Demandan alojamiento, empleo, educación para ellas y sus hijos… No es cuestión de ingresos económicos, se trata de la falta de oportunidades, de las ínfimas posibilidades que tienen de participar, de ser oídas. Pobreza es no poder comer carne o pescado un mínimo de dos veces en semana y tener que alimentarse de hidratos de carbono y fritos, lo que deriva en un aumento de obesidad y en la transmisión de pautas de nutrición deficientes a sus hijos e hijas.
Atenea, que cumple 30 años en octubre, empezó trabajando esencialmente con drogodependientes, pero hoy su campo de acción es mucho mayor.
Sí, nacimos en los 80 como una entidad de estudio centrada principalmente en los problemas que trajo la heroína. Siempre con dos objetivos: la investigación y la incidencia política para cambiar las cosas. Pero en estas tres décadas la sociedad ha cambiado mucho y, poco a poco, fuimos ampliando los colectivos con los que trabajamos: personas de origen extranjero, personas privadas de libertad, personas que ejercen la prostitución para dar después un salto político y empezar a hablar de personas y no de colectivos… Este es nuestro campo de acción, el trabajo con personas que sufren diferentes factores de exclusión social y desarrollar con ellas factores de protección. Se trata de hacer ver que las necesidades básicas de las personas son realmente derechos humanos.