La Fundación Atenea es una de las cinco entidades que gestionan el proyecto de Acogida Temporal “Zona “Centro”, impulsado por el Ayuntamiento de Madrid, que tiene un objetivo muy claro: ofrecer una alternativa residencial, una vivienda, a personas que pernoctan en las calles del centro de Madrid.
“El proyecto surge de la necesidad de alojar en vivienda normalizada a personas que pernoctan en la zona centro de la ciudad. Porque entendemos el alojamiento como una oportunidad, un lugar que garantiza las condiciones de seguridad, intimidad y estabilidad necesarias desde las que las el individuo puede abordar procesos de cambio. La inestabilidad residencial es clave en la exclusión, ya que reduce e impide los sentimientos de permanencia y conduce a una inestabilidad permanente que bloquea los procesos de integración. Y sin esa estabilidad, es difícil llevar a cabo proyectos de continuidad”, afirma Israel Fábregas, coordinador de proyectos de la fundación.
Fundación Atenea gestiona dos de las veinte viviendas que se han puesto a disposición del programa. El pasado mes de septiembre se incorporaron las tres personas que, tras la valoración desde el SAMUR Social del Ayuntamiento de Madrid, han sido seleccionadas para acceder al Programa. El camino recorrido hasta llegar a este punto ha sido largo. Tras la selección de las viviendas, puestas a disposición por parte de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo del Ayuntamiento (EMVS) entre los meses de marzo y abril; se contrataron los suministros y se dotaron de mobiliario y enseres para ofrecer lo más parecido a un hogar a las personas que iban a vivir en ellas.
El programa contempla un alojamiento estable y apoyos para la integración social de las personas que residan en ellas. Para ello María López, educadora de Fundación Atenea, se encarga de diseñar el Programa individualizado de integración y de realizar el seguimiento, acompañando a las personas en un proceso para el que se cuenta con las potencialidades de cada persona. La situación de calle prolongada durante años redunda en una pérdida de habilidades básicas para manejarse en la vida diaria, esto no quiere decir que la experiencia vital de estas personas no nos permita recurrir a aquellas competencias que aún conservan, o que han desarrollado durante el tiempo que han vivido en la calle. Se inicia un proceso de cambio que se apoya en la estabilidad que ofrece a estas personas no tener que “buscarse la vida” a diario para encontrar un sitio donde dormir, dejar sus pertenencias, generar arraigo.
Las personas beneficiarias aportan hasta un 20% de sus ingreso regulares, una cantidad que varía según la capacidad económica en cada caso. “Se trata de un recurso temporal, por lo que se trabaja con las personas es la salida de esa situación de vulnerabilidad; no ahora, que todavía están instalándose, pero sí según el proceso de integración de cada uno de ellos y sin un plazo predeterminado”, explica el técnico.
La Fundación Atenea cuenta en el año 2016 con financiación para este Programa por parte de las obras sociales de La Caixa e Ibercaja, y se espera que el propio Ayuntamiento de Madrid dote de presupuesto al programa para el año 2017.