Con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, Fundación Atenea denuncia que la anorexia de las políticas sociales españolas y el adelgazamiento progresivo al que se están sometiendo está agudizando la exclusión social absoluta de los más de tres millones de ciudadanos/as en situación de pobreza extrema en España.
Casi el 20% de los/as europeos/as se encuentra en riesgo de exclusión social. En la Unión Europea, se considera personas en situación o riesgo de pobreza y exclusión social aquéllas que viven con bajos ingresos (con menos del 60% de la mediana del ingreso medio de cada país). En este amplio grupo se incluye también a las personas que sufren de privación material severa o las que viven en hogares con una intensidad de empleo muy baja o nula, grupo que se denomina AROPE por sus siglas en inglés: At Risk Of Poverty and/or Exclusion.
Según la Red Europea frente a la Pobreza y la Exclusión (EAPN), 10.665.615 de personas en España, un 23.4% de la población, está en situación o riesgo de pobreza y exclusión social. Sin embargo, si consideramos los parámetros de AROPE, que van más allá del económico y se centran en medir las condiciones mínimas de supervivencia (acceso a prestaciones sociales, estado de salud, vivienda, empleo digno), organizaciones de acción social como Fundación Atenea afirman que hay tres millones de personas en situación de pobreza extrema, no ya en riesgo de exclusión.
En el actual contexto de crisis, Fundación Atenea alerta de que el pretexto de la estabilidad económica está llevando a justificar el adelgazamiento de las políticas sociales y a excluir de las propias políticas sociales a personas en situación de pobreza severa, cuando es dicho adelgazamiento el que contribuye a acentuar la crisis.
Algunos datos de interés
-El PIB por persona en moneda constante creció entre 1993 y 2004 en un 28%; en este mismo periodo, el gasto en protección social por persona pasó del 22,8% al 20,8%, siendo España el país de la UE en el que menos ha crecido el gasto en protección social. La cifra española (que incluye las pensiones, que representan el 45% del gasto) supone 4.186 euros por persona año, lejos de los 6.926 euros de media de la UE-15, lo que supone ser el país con menor gasto (empatado con Portugal con 4.100 euros).
-Según el Instituto Nacional de Estadística, entre los años 1994 y 2007 España vivió uno de los períodos de mayor crecimiento económico sostenido, con tasas de incremento del Producto Interior Bruto (PIB) anual medio superior al 3%. Sin embargo, este crecimiento no se ha visto reflejado en el incremento del poder adquisitivo medio o capacidad media de compra, que prácticamente se ha mantenido estancada. Es decir: no ha sido equitativo ni ha mejorado la calidad de vida general. De hecho, en 2007, el 10% de la población española concentraba el 26.6% del total de la riqueza del país mientras que el 10% de la población más pobre sólo poseía el 2.6% de la misma.
-En 2006 se encontraba en pobreza extrema entre el 2,6% y el 3,9% de los/as españoles/as; en 2010, según la última encuesta FOESSA, el 3,1% de la población española.
-El número de hogares con todos los miembros en desempleo es de 1.308.000 y continúa al alza.
-500.000 personas han agotado todos los sistemas de ayuda.
-España es uno de los países UE con más temporalidad en el empleo, un 24,9% en el segundo trimestre de 2010, muy lejos del 13,2% de media en el conjunto de la Unión. En cuanto a la calidad en el empleo, el despliegue inmobiliario de la última década ha incidido en una altísima tasa de abandono escolar y en la abundancia de puestos de trabajo sin cualificar y de menor versatilidad y competitividad en un contexto de crisis. La proporción de españoles/as con muy poca formación educativa (estudios primarios y secundarios de primera etapa) es del 49%, muy superior al 29% en la OCDE. Y la relación entre falta de formación y pobreza es clara: la tasa de pobreza de las personas con educación primaria o inferior es del 29,3% mientras que la de personas en exclusión con educación superior es del 8,2%. El porcentaje del PIB invertido en educación, sin embargo, representa un 4,25% en España mientras que la media europea es del 5,3%.