Entrevista a Carlos Molina, investigador de Fundación Atenea
Su discurso es claro y habla sobre el derecho, recogido en la Constitución, a una vivienda. Dice además lo necesario de hacerlo con perspectiva de género. Él será uno de los de la Jornada sobre Género e Inclusión social que Atenea organiza el próximo 28 de octubre.
¿Por qué hablar de vivienda y género?
Es importante hablar de género y de vivienda porque es un recurso necesario en la vida de cualquier persona, sin importar su género. Es indispensable para el mantenimiento y el desarrollo de la vida en cualquier parte del mundo. El modelo habitacional español ha sido, es y probablemente seguirá siendo, una estafa si no se exige un cambio. En los últimos 50 años se ha pasado de un 50% de la población viviendo en alquiler y el otro 50% viviendo en “propiedad”, a un modelo de 85% en “propiedad” y un 15% en alquiler, aproximadamente. Hemos vivido una estafa orquestada por la triada conformada por los bancos, el poder político (sin diferencias entre partidos) y los constructores. El acceso a una vivienda en este país es un gran problema para una gran mayoría de la población, y muy especialmente para mujeres, jóvenes y personas solas. La crisis ha hecho que cientos de miles de personas hayan sido lanzadas (expulsadas) de sus casas, sin ninguna alternativa habitacional, agravando así un problema social latente en España.
El género es una variable a tener en cuenta a la hora de analizar cualquier fenómeno a social. Las mujeres están en una posición de subordinación y desigualdad en la sociedad. Tienen peores salarios, peores condiciones laborales y sufren una mayor precariedad. En definitiva, peor situación económica. Eso dificulta enormemente el acceso a una vivienda y aunque se acceda a ella, no es fácil mantenerla. Hay muchas personas que no puede pagar las cosas normales que supone tener una vivienda, como la electricidad, el gas…
¿Qué ha de tenerse en cuenta si se aplica una mirada feminista a la política de vivienda?
Habría que comenzar por realizar un diagnostico global de la situación habitacional en España. Y eso es algo que parece que se está haciendo en los últimos años, a raíz la crisis económica y el problema de los desahucios. Se empieza a estudiar, sobre todo, desde las universidades y los colectivos y movimientos sociales, como la Plataforma de Afectados por las hipotecas (PAH), porque los poderes públicos no le han prestado ningún interés.
En este análisis se debe tener en cuenta la variable de género como un hecho principal. En las políticas sobre vivienda desde un punto de vista feminista y de género se han realizado avances en lo que respecta a la protección de las mujeres que han sufrido violencia de género, habilitando pisos de acogida, pero sin embargo no parecen ser suficientes para las necesidades actuales. Estas iniciativas son muy necesarias y suponen un primer paso pero, son insuficientes para garantizar el derecho a la vivienda, recogido en el artículo 47 de la Constitución. No contemplan las necesidades de todas las personas en general y de las mujeres en concreto.
* ¿Qué supone incluir esa perspectiva de género?
Incluir la perspectiva de género en materia de vivienda debería seguir ciertos pasos. Me refiero a los siguientes puntos:
- Realizar un diagnostico sobre la situación habitacional de las mujeres en España
- Recoger estadísticas completas desagregadas por sexo
- Analizar las diferencias en el acceso a la vivienda de hombres y mujeres
- Estudiar las necesidades especificas de las mujeres y de los hombres a la hora acceder a una vivienda
- Realizar campañas concienciación del problema habitacional
- Introducir en la agenda pública y política el debate sobre las políticas de vivienda desde una perspectiva de género, pero sin dejar de lado las necesidades de las distintas personas y colectivos presentes en la sociedad
¿Por qué no se ha hecho hasta ahora?
Yo creo que no se ha hecho hasta ahora porque, lógicamente, la lucha feminista se ha centrado en los temas más urgentes como el problema de la violencia machista y sus consecuencias directas o la batalla por la igualdad salarial. Se han dejado de lado otros aspectos que, aunque muy importantes, quizás hayan sido percibidos como menos urgentes.
Desde un punto de vista general, la lucha por el derecho a la vivienda nunca ha sido percibida como algo prioritario por la sociedad hasta que no se ha convertido en un grave problema social. Sí ha habido colectivos y movimientos sociales denunciando la situación. Uno de los más famosos es V de Vivienda, el germen de la PAH, y su notoria campaña: “no tendrás una casa en la puta vida”, que aunque tenía cierta acogida no era mayoritario.
El poder político no solo no ha prestado atención al derecho a la vivienda, sino que ha sido cómplice necesario de la estafa inmobiliaria de la que hemos sido víctima toda la sociedad española.
Hablas de empoderamiento de las mujeres en la PAH. ¿A qué te refieres?
La Plataforma de Afectados por las Hipotecas ha sido uno de los movimientos sociales más importantes de los últimos años. En muy poco tiempo ha logrado exponer el problema habitacional en España y denunciar la estafa financiero-inmobiliaria, parar desahucios, proponer cambios del marco legal como la Iniciativa Legislativa Popular de 2013 (1.400.000 firmas recogidas) y conseguir que la Unión Europea forzara a España a cambiar la ley hipotecaria.
Una de las consecuencias más interesantes es la capacidad de empoderar a las personas que han participado en las plataformas. Sobre todo a las mujeres, ya que son estas las que se han visto más afectadas. Las mujeres parten de una situación social de desigualdad y están en riesgo permanente de caer en la exclusión social. Cualquier alteración de las condiciones que permitían hacer frente al pago de la vivienda, como perder un trabajo, una separación o divorcio generan una situación que pone en riesgo la permanencia en la vivienda y por tanto el sostenimiento de la familia.
¿Es nueva esa perspectiva, a pesar de que las mujeres llevan habitando casas desde siempre?
No es nueva la perspectiva de género. Se lleva tiempo investigando sobre urbanismo vivienda y género, aunque siempre se ha prestado más atención al espacio público que a la vivienda en sí. Con respecto a la vivienda se ha estudiado más desde una perspectiva arquitectónica, que tiene en cuenta la morfología y la tipología de la vivienda más que lo que la vivienda representa para la vida de las personas en términos de sus consecuencias para la igualdad y la justicia social. También se ha estudiado el tema de la vivienda con el foco puesto en la protección de las víctimas de violencia de género.
¿Qué más se debería hacer en cuanto al derecho a vivienda?
Habría que tener en cuenta los cambios sociales y los cambios en las estructuras familiares. Y aparte, se debería promover un cambio de modelo habitacional que contemplase la creación de un parque público de viviendas. Empezando por uno para una situación de emergencia social como la que nos encontramos en la actualidad. La promoción del alquiler como forma de tenencia y una ley de segunda oportunidad para las personas que han sufrido un proceso de desahucio.