Ponerse las gafas violetas para hacer una sociedad más justa, porque sin una perspectiva de género, es decir, la de la mayoría de la población, no podemos hablar de igualdad. Ese podría ser el resumen de la intensa jornada que celebró Atenea el pasado 28 de octubre para celebrar su 30 aniversario en la que participaron más de 200 personas. Lo decía bien claro Soledad Murillo al abrir el encuentro: «No comparto que a las mujeres, que somos el 51% de la población, según datos del INE en enero de 2016, se nos trate de colectivo. Porque la minoría -eso sí, con poder y privilegios- son hombres. El problema es que siga habiendo temas de género, y no imparcialidad y democracia en todos los sectores», apuntaba una de las madres de la ley de igualdad.
Como explicó la experta, la malversación de ese significado nos excluye, al igual que el término de conciliación (y no corresponsabilidad), que nos hacen diferentes ante la ley y la realidad de España y el mundo. Porque la economía de los cuidados, que recae de forma fatal sobre las mujeres nos hace diferentes a una educación igualitaria, al acceso a la vivienda en iguales condiciones, a ascender económicamente, a una participación en la sociedad de forma ecuánime, a unas relaciones micro y macrosociales paritarias… Hasta nuestras salud, como comentaron María del Mar García Calvente y Soledad Muruaga se resiente por ello. Las mujeres pagamos una factura extra por esos cuidados domésticos que se traducen en unas peores condiciones de vida, coincidieron en sus ponencias ambas técnicas. Hablaban de su campo, la salud, y lo hacían como el resto de profesionales invitados. Se trataba de evidenciar que, o se tratan los temas de las mujeres de una forma transversal, o no habrá igualdad.
María Pazos; Alicia Miyares, Lina Gálvez, Octavio Salazar, Carlos Molina, Beatriz Ranea y Pilar Foronda fueron otros de los profesionales que, cada uno desde su campo —la formación, la vivienda, la fiscalidad, el empleo…— fueron desgranando los nueve aspectos que la Fundación Atenea considera fundamentales analizar para conseguir una igualdad real, nueve vulnerabilidades que resultan imprescindibles para las mujeres dejen de ser vistas como un colectivo y sean incluidas en la sociedad de una forma absoluta. “Los estudios que analizan los complejos fenómenos de exclusión social y las políticas de género están pensados para una realidad normativa que discrimina a las mujeres. Los nueve escenarios sobre los que analizamos la exclusión social son indicadores de economía, empleo, educación, salud, alojamiento, aspectos socio-relacionales y macro-sociales, ámbito personal y participación social ciudadana. Consideramos estos ámbitos como necesidades humanas a las que dar cobertura desde los Estados de Bienestar de las sociedades desarrolladas”, escribía Paz casillashttp://blogs.20minutos.es/mas-de-la-mitad/2016/11/08/como-enfocar-y-saltar-las-barreras-invisibles/ , directora gerente de la Fundación al respecto hace apenas unos días.
“Los derechos de las mujeres no son los de los Derechos Humanos son los de cuidar”, se escuchó, al tiempo que se repetía que hay que cambiar las políticas neoliberales basadas en una violencia estructural que castiga a mujeres. “¿Dónde están las mujeres en la nueva política?”, se preguntaba uno de los invitados mientras apelaba a la necesidad de que los hombres pierdan privilegios. Antes se recordaron algunas proclamas ya conocidas pero que seguro es bueno repetir: “Lo personal es político” y el feminismo como compromiso ético, algo que la Fundación Atenea tiene claro. Lo evidenciaba con su fiesta por sus tres décadas, en una auténtica celebración feminista celebrada en el corazón del Ayuntamiento de Madrid, para decir que hoy, en 2016, es fundamental poner la vista en el género. El cierre lo puso Criaturas del Aire, música feminista, para seguir trabajando, para no cejar ante las vulnerabilidades, a pesar de todo.