Más Allá del Balance: Los 33 Millones de Euros en Valor Socioemocional que Fundación Atenea generó en 2024

¿Cómo se le pone precio al acompañamiento de una persona vulnerable, a la coordinación entre entidades sociales o a la lucha contra la soledad? Son acciones que no aparecen en una factura, pero cuyo valor es inmenso. Aunque no lo veamos en un balance contable, este impacto es real, cuantificable y masivo. Un análisis reciente ha logrado ponerle cifra: un Valor Socio-Emocional (VASE) de 33.618.381 €.

La colaboración silenciosa: El superpoder del trabajo en red

Uno de los mayores generadores de valor social no proviene de una acción directa y visible, como entregar una ayuda, sino de algo mucho más sutil: la coordinación entre diferentes profesionales y entidades. Los datos muestran que la intervención conjunta en casos complejos representa el 18,31% del valor total analizado, convirtiéndose en uno de los pilares del impacto social.

Esto es mucho más que evitar la duplicidad de esfuerzos. Este enfoque coordinado es una palanca estratégica de impacto sistémico que ofrece respuestas más integrales, eficientes y sostenibles a problemas que ninguna organización podría resolver por sí sola. Demuestra que el verdadero poder transformador reside en la red. Este valor es especialmente significativo en territorios como la Comunidad de Madrid, donde representa un impresionante 27,61% del valor regional (3.105.000 €), o en Castilla-La Mancha, con un 22,47% (572.400 €).

Más allá del contrato: Dignidad, estabilidad y lucha contra el edadismo

Si bien la inserción laboral es un objetivo clave, el verdadero valor no está en cualquier tipo de empleo, sino en el buen empleo y, sobre todo, en a quién se dirige. Al sumar el valor de los “Contratos a Jornada Completa” (14,60%) y los “Contratos para Personas Mayores” (12,24%), observamos que estas dos acciones por sí solas representan más del 26% del valor social no de mercado total, destacándose como las palancas más potentes dentro de la categoría de empleo.

Estos datos revelan una poderosa idea contra un mercado que a menudo prioriza la flexibilidad precaria y la juventud. Demuestran que se genera un inmenso valor al asegurar estabilidad económica a través de contratos a tiempo completo y, de forma crítica, al facilitar el empleo a colectivos a menudo excluidos, como las personas mayores. Esto no es solo una ayuda económica; es una acción directa contra el edadismo que promueve la inclusión y la dignidad. El valor generado en Madrid por estos contratos, que alcanza los 2.068.000 €, es un potente ejemplo de este enfoque.

El mapa del valor social: De la seguridad alimentaria a la conciencia colectiva

El valor social no es una fórmula única que se aplica por igual en todas partes. Al contrario, se manifiesta de formas radicalmente diferentes según las necesidades de cada territorio. Dos ejemplos lo ilustran a la perfección:

En Andalucía, la entrega de almuerzos representa un asombroso 55,46% de todo el valor social no de mercado generado en la región (1.542.590 €). Este dato nos dice, sin lugar a dudas, que la cobertura de necesidades básicas como la seguridad alimentaria es la prioridad absoluta.

En Cataluña, el panorama es completamente distinto. Los talleres de sensibilización y otras temáticas transversales suponen un 97,90% del valor en esta comunidad (2.900.700 €), lo que demuestra un enfoque centrado en la transformación de actitudes, la educación en valores y la construcción de una sociedad más consciente.

¿Qué nos enseña esta disparidad? Que el impacto social más efectivo es aquel que sabe escuchar y responde de manera hiperlocalizada a las demandas de la comunidad, ya sean materiales, como un plato de comida, o culturales, como un cambio de mentalidad.

Ahora que sabemos que el valor social puede ser visible y cuantificable, ¿imaginas qué valor se obtendría si todas las organizaciones del Tercer Sector de Acción Social aplicaran la Contabilidad Social Monetizada?

 

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