El uso de pantallas viene marcando nuestra realidad en las últimas décadas, de la mano de un acceso casi ilimitado a información y servicios en lo que ha supuesto una mejora en la vida de las personas, pero que supone la normalización de un uso intensivo en un contexto de baja percepción del riesgo. Internet se ha convertido en uno de los principales espacios en los que los y las jóvenes desarrollan sus actividades de ocio. Según los datos de que disponemos (el 18% de la población de adolescentes y jóvenes de 14 a 18 años usa de manera abusiva las tecnologías de la información, y la comunicación (TIC). Si bien probablemente su uso se irá normalizando con la edad, dentro de este porcentaje de población suele incrementarse el fracaso escolar y es más frecuente entre esta población el consumo de drogas (ESTUDES 2021).
Desde el año 2014 se incluyen preguntas en el estudio relacionado con este tipo de conductas, siendo uno de los focos sobre el que se han puesto las alertas y la Estrategia Nacional de Adicciones (ENA 1017-24) pone énfasis en la necesidad de abordar las tecnologías online y su papel en el desarrollo de adicciones comportamentales y usos problemáticos; así como su oportunidad como plataforma para difundir conocimiento y prevenir comportamientos adictivos.
Ante la situación que describen las encuestas, tanto la Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-24, su Plan de Acción 2021-24 como las diferentes redes autonómicas de atención a las adicciones vienen incorporando objetivos, metodologías y acciones en este sentido durante los últimos años, lo que ha supuesto el desarrollo de acciones preventivas específicas dirigidas a jóvenes y adolescentes que inciden en factores de riesgo frente al uso abusivo e inseguro de las tecnologías, así como la prevención de adicciones como la del juego online. La respuesta se ha organizado en torno dos ejes: la adaptación de los tradicionales programas de prevención de las adicciones y el desarrollo de nuevos programas y recursos específicos con metodologías propias para prevenir posibles adicciones y usos problemáticos entre la población joven. En este sentido han cobrado protagonismo iniciativas innovadoras que utilizan las propias TIC y las redes sociales como espacios naturales en los que se mueven los y las jóvenes. En ambos casos es necesario contar con formación específica por parte de los y las profesionales que desarrollan las actuaciones preventivas para una intervención eficaz.
Fundación Atenea cuenta con experiencia en el desarrollo de intervenciones preventivas en el ámbito de las adicciones con y sin sustancia y recientemente se encuentra implementado programas de prevención del juego entre jóvenes y adolescentes, además de abordar los usos problemáticos relacionados con el uso de TIC en sus programas de prevención selectiva e indicada. El compromiso con la igualdad entre mujeres y hombres por parte de Fundación Atenea nos lleva a desarrollar intervenciones sociales, investigaciones y formaciones que integran la perspectiva de género. Los programas de prevención deben tener en cuenta la perspectiva de género, contemplando las motivaciones, expectativas y situaciones de riesgo, tanto de chicos como de chicas para poder ofrecer un servicio integral y adaptado a las necesidades individuales.
Esta voluntad de abordar problemáticas emergentes requiere de procesos formativos y de reflexión compartida entre profesionales de la prevención que permitan a las organizaciones seguir desarrollando propuestas innovadoras en este sentido.
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